Perfil: Una fiscal de Oro Cándida Martínez

Esa mañana estaba destinada a cambiarle la vida. Tenía 25 años y aunque la decisión que tomaría podría ser común para la mayoría de las personas, en la vida de Cándida Martínez marcaría un antes y un después.

Se levantó temprano y aunque el clima en Bonanza exigía una taza de café para calentar el cuerpo, sus nervios no los calmaba café alguno. Esa mañana Cándida iniciaba su primer trabajo que le abriría, a ella y a su hijo, la puerta de la independencia.

“En ese primer día me mataban los nervios porque no sabía con exactitud el trabajo que haría. Realmente no sabía nada de esto. Y sí, pensé que no iba a poder hacerlo, pero tenía que lograrlo por mi hijo y por mí”, comenta Cándida

Nació en Siuna y hace cinco años se mudó a Bonanza. Hoy su hijo tiene 15 años y estudia en secundaria donde sueña con ser conductor de grandes camiones. Quizá como los que Cándida atiende a diario en los patios de acopio de mineral de HEMCO.

La confianza de los mineros artesanales

Desde el 2017 Cándida es fiscal de la comisión de mineros artesanales, un grupo de 15 miembros que trabaja directamente con los mineros y cuya función principal es brindarles confianza de que el procesamiento del material recibido está siendo tratado adecuadamente.

“Los fiscales le trabajamos a los mineros artesanales. Nuestra misión es generarles la confianza de que su trabajo y esfuerzo, están siendo respetados y para eso es importante el trabajo en equipo”, destaca Cándida.

De ese primer día, en el que Cándida llegó a uno de los patios de acopio de HEMCO hecha un manojo de nervios, ya no hay rastro alguno. Ahora conoce el proceso de inicio a fin y ha generado liderazgo y confianza entre sus compañeros de trabajo.

“Lo importante es trabajar con respeto y desde el primer día aquí se me brindó. Creo que todos trabajamos con esa lógica de respeto y trato igualitario en un ambiente que se creería que es totalmente hecho para hombres”, compartió Cándida.

En el grupo de 15 fiscales, 10 son mujeres y para Cándida esto representa la apertura que el rubro de minería tiene con las mujeres. “Nunca he sentido que mi trabajo se ha menospreciado por el hecho de ser mujer, mucho menos he tenido problemas con los mineros. Creo que todas trabajamos con la idea de que lo que hacemos es valorado”, comenta Cándida.

En su trabajo, día a día puede atender desde 10 hasta más de 100 descargas de material en dependencia del patio donde esté laborando. Pero ya sea en Venus, Capitán, Vesmisa o La Curva Cándida lo hará con ese ánimo del primer día. “Desde ese día me propuse a dar lo mejor que pueda de mí en este trabajo”, dice Cándida y hasta ahora lo ha logrado.